No muchas veces somos capaces de encontrar la valentía dentro de nosotros para perdonar a las personas, hace unos años entendí que es más fácil para nosotros juzgar lo que hacen los demás antes que juzgar lo que hacemos; sin embargo, lo que criticamos de nuestro entorno, es precisamente lo que no nos gusta de lo que somos (en su mayoría).
Pasaron años antes de que pudiera entender que aunque he sanado miles y miles de cosas dentro de mi, no sané del todo lo que sentí con lo que hicieron algunas personas que me rodeaban, hubo alguien que consideré casi familia durante mucho tiempo y que tomó decisiones que permití que me afectaran pero no conforme con mi dolor, desahogué esa energía llena de enojo y tristeza en todos los que alguna vez preguntaron qué pasó.
Soy consciente de que no fue la mejor decisión y no voy a excusarme en mis escritos por eso, tengo muy claro que las personas no te hacen nada, papá o mamá no te hicieron daño, tu familia, tus amigos o los que creíste que lo eran, las relaciones que hayas tenido no te hicieron nada; cada persona que conoces y las que no, todos los días toman decisiones así como lo hago yo, cada quien claramente es consciente de que esas decisiones rendirán sus frutos ahora, en meses o en unos años, pero aunque tengan o no la consciencia de que te están abriendo una herida que les enseñaste para que jamás la tocaran, ellos simplemente acudieron a sus acciones para afectar o beneficiar su vida, somos el efecto colateral de lo que hayan hecho y también lo son las personas a las que involucramos en nuestra vida.
Es por esa razón que hoy escribo esto, porque aunque elegí el camino del perdón, en otros escritos les he dejado claro que no es el más sencillo, sin embargo, es justo el que necesitamos si de verdad queremos construir de nosotros una persona con la humanidad suficiente para hacer el bien y tal vez impulsar a otros a que lo hagan, nunca nos damos cuenta de quien nos sigue o quien puede vernos y ellos son los que necesitan esa partecita llena de la luz de Dios para impulsar su camino cerca a nosotros.
Hoy con este escrito sólo quiero que esa persona sepa que la perdoné hace un tiempo, que elegí no mencionar su nombre en mi mesa o que en caso de que alguien lo haga, ese concepto no venga de mi, quiero que sepa que esa parte de mi corazón que conoció su vida desde donde otros no, entiende su dolor y se hace responsable del que haya causado en caso de que mis palabras hayan llegado hasta su corazón y hayan hecho lo suyo; que tú hayas hecho cosas que sabías que podían dolerme no significa que yo debía reflejarlo en nuestro entorno, tú creaste un camino y yo otro diferente que nos alejó por todo lo que nos enseñó la vida mientras fuimos cercanas, pero no por eso dejé muy dentro de mi de sentir que lo que hiciste o haces es producto de lo dura que ha sido la vida contigo también.
Te agradezco por las tantas veces que no tuve a nadie más y siempre estuviste, por esas otras veces en las que no hubo nada en mi mesa y tu pusiste de lo que tú tenías, por esos meses que tuve un hogar gracias a ti y la hospitalidad de tu familia, también gracias por llegar a cumplir tu propósito en mi vida porque te aseguro que fue una lección aprendida, buenas y malas decisiones, pero todas las que hoy en día me hacen una persona más fuerte, mucho más honesta y más centrada, no sé que pasa contigo pero siempre, siempre, he deseado que te vaya bien aunque no parezca, es claro que no quise mantener mi cercanía contigo porque una cosa es no guardar enojo y otra es querer compartir lo que no se me da, espero aún conozcas esa parte de mi carácter y comprendas que no me alejé solo porque sentí que debía hacerlo o porque a mi vida llegaron personas que diario me ponen a prueba pero que me hacen querer confiar en la gente, sino porque hubo cosas que se rompieron y en medio también mi corazón.
No sé si necesitamos siempre que nos perdonen, pero yo siento que al menos aunque no contamos con las palabras de quienes nunca nos pidieron perdón o de quienes no perdonaron algo de nosotros, necesitamos esa paz de saber que como mínimo, hoy somos mucho mejores de lo que un día fuimos.
Te pido me perdones si me fui sin explicaciones pero creo que sí conoces las razones y si no, sólo te dejo esto escrito por cada año que sin saber como, nos dimos la mano.
Te perdono no porque me lo hayas pedido, mucho menos porque crea que no vivas sin esto; lo hago, porque escribiendo suelto, porque con esto solo quiero darte la certeza de que en adelante únicamente quiero guardar agradecimiento, porque no mereces que te señalen por cosas que hiciste, yo tampoco quisiera que lo hicieran conmigo y como empecé este texto, yo también tomé mis decisiones y no todas fueron las mejores, sin embargo, con todo y tanto dejo esto acá incluso sin saber si lo vas a leer pero para que te quedes con la razón por la que un día nos acercó Dios, una enseñanza más de vida para crecer, un aprendizaje de lo que se debe y no se debe hacer o lo que no debemos repetir también.
Yo no sé como hacer estas cosas, pero por eso mismo elegí esta ruta, escribir siempre ha sido mi camino y un día perdí la confianza de decirte las cosas viéndote a los ojos porque cuando lo hice no hubo una diferencia, por esa razón lo plasmo aquí, tal vez es más para mi que para ti, pero aquí queda.
Todo lo anterior no sólo es una carta, es una expresión de lo mucho que quisiera decirle a las personas del pasado, tal vez es una muestra para ti que lees esto, de lo poco o mucho que no decimos y que se nos incrusta para evitarnos esa paz que todos buscamos, pues yo la sigo construyendo y pienso seguir por donde voy o por donde elija Dios que debo ir.
Nos aferramos demasiado a la culpa que podemos tirarle a los demás sin entender que ni eso, ni todo lo que podemos decir de las personas nos hará libres o mejores, ese es un simple boomerang que lanzamos para justificar el dolor que sentimos por algo que un día nos pasó, pero ese boomerang regresa, en otras formas o en otras personas y ahí es donde entendemos que ni las mil veces que critiquemos lo que "alguien nos hizo" van a ser suficientes para salir dese bucle. Necesitas decir lo que sientes, soltar todo lo que guardas y continuar en el proceso hacia donde quieres dirigir tu vida, pero no arrastrando a los que una vez hicieron que te doliera donde les dijiste que no tocaran, tú les enseñaste como tratarte, no es más.
Ahora, tampoco con eso me refiero a que en adelante no vayas a confiar en nadie, les juro que lo he hecho y no es una buena opción, volverse frío, apático, parco, oscuro, no funciona; no es apagar lo que somos, es vivir con la certeza de que Dios y la vida, buda, tu gato, la velita aromática de tu mesita de noche, lo que sea en lo que creas, te está enseñando algo a través de tu dolor, la vida no siempre va a ser felicidad, ni tristeza, ni amargura, por eso nos componen todas las emociones, esas luchas que vivimos hacen parte de lo que un día vamos a contar como historia de vida y es justo con eso con lo que debemos seguir, si como yo un día te cerraste a todo, te entiendo y no sabes cuanto, pero también ábrete a la posibilidad de que tu corazón sienta eso que siempre anhelas, aun con el miedo de que no salga bien.
Aprendí a crear desde el dolor y la muestra de ello es que un mes después de no saber qué hacer con todo lo que me tenia tan apagada, hice este blog, no sabía ni cómo, pero busqué y busqué hasta que lo materialicé y al menos aquí hice un espacio para mi, para ti, para avanzar, espero como siempre haber dejado algo de aquí en ti y que nos recordemos con esto que no importa si volvemos a bajar de la cima en la que nos sentíamos, si ya subimos otras veces, vamos a hacerlo muchas otras más.
Para la persona que escribí aquí, también deseo lo mejor, yo no soy quien he debió juzgar su vida, así como nadie debe juzgar lo que viven los demás, por eso aquí, le agradezco, la perdono, pido perdón y me perdono, abrazo lo que hay en ella y lo que soy.
Por último, te invito a ti a que abraces todo lo que hay en ti, incluyendo lo que no te gusta (tal vez si le dices que lo amas se vaya) jaja mentiras, necesitaba escribir alguna bobada, pero con seriedad, hasta que reconozcas lo que no te gusta te va a ayudar a amarte para mejorarte, así que espero verte, de raíz y floreciendo para dar luz a este mundo que la necesita.
Con amor y muchas emociones, Tania.
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