Yo no era esta, no era esta Tania que no sabía cómo hacer buena cara, no era quien desconfiaba de todos, incluso por mera sospecha, no era esta persona que ahora prefiere sentirse en paz en su casa porque el ruido de la calle le aturde, no era de la que decían que no se divertía, en fin, no era quien soy ahora.
Soy una mujer con muchos proyectos, con el alma llena de sueños por cumplir y con la ilusión de llegar hasta donde anhela porque sabe que si alcanza ese éxito que se propuso, podrá ayudar en casa cómo más desea y no sólo piensa en su casa, piensa en el hogar de las personas que ama y en cómo puede dejar su granito, soy esta persona que siente que debe estar para las personas que están cerca de ella porque sabe lo que se siente la ausencia de apoyo y no quiere que nadie la conozca, al menos no si me tienen cerca, soy una niña que llega a casa queriendo contar todo su día a su persona favorita, soy esa mujer que quiere alcanzar la cima del éxito viéndose allá con quienes ha crecido, soy esa fuerza que necesitan en casa cuando los demás se quiebran, soy esa luz que aunque sin energía titila para que se mantenga iluminado el camino mientras renueva sus baterías, soy una terapeuta de corazones rotos y una consejera que ahora aprendió a seguir consejos, soy esa que habla sin que nadie la calle pero que entiende cuando es hora de escuchar, soy la mamá del grupo de mis amigos cuando salimos y siento la responsabilidad de cuidarlos por si se atraviesan muchos tragos en sus caminos porque me gusta que si sientan seguros conmigo... esa que llora en la casa cuando llega la noche hecha bolita en su cama porque no sabe cómo pedir ayuda, esa a la que creen un roble pero que nadie ha visto cómo le pide a Dios que sean sus fuerzas las que luchen por ella y no ella solita porque olvida el camino; soy una hija que aún aprende cómo hacer felices a sus padres, que comete errores y que los necesita aunque sea independiente, soy un pedacito de cada corazón que llega a mi vida, soy la costura de la herida que tanto le pedí a Dios que me cerrara y la lleno de amor, soy el perdón que aprendí en la iglesia para enseñar a los demás que se crece y sé es feliz desde adentro, también, soy la lucha diaria que se para duro frente a la ansiedad y la depresión en busca de opacarlos porque hoy se que puedo hablar más fuerte que esos dos, soy el reflejo de mi computador cuando toda la noche reproduce una película que solo puse para dormir porque me da miedo la oscuridad, soy además, ese niño que necesitan en casa para pintar, poner tuercas y correr cosas pesadas porque me enseñaron en casa a ser multifuncional, y hay más… soy todo lo que he superado con los años, soy amor, soy bondad, soy una bendición, pero también soy un puto dolor de cabeza.
Tal parece que aunque mi corazón sigue blando, parte de él se ha refugiado en las prevenciones de todas las lecciones que les he venido contando en mis escritos, por esa razón hoy en día no me veo siempre sonriente, no pueden decir que en una fiesta soy gentil porque solo soy amable si es el caso, más no recibo a nadie externo a mi círculo; no abrazo con facilidad a menos de que mi relación con esas personas sea demasiado cercana, no digo mucho lo que siento y cuando lo hago solo me expreso con enojo porque no encuentro las lágrimas, me puse de alguna forma en un modo automático del que no sé cómo salir y aunque esto me blinda los sentimientos, sé que afuera se nota y que esto ha afectado mi entorno emocional, tener pareja es toodo un reto, parece un jumanji en el nivel más alto o los juegos del hambre, el caso es que es tenaz, tengo días en los que me es más difícil luchar con mi ansiedad y juro que aunque intento mejorar mi actitud, me pongo tan irritable que evito a la gente, me indispongo si mi batería social se agota y extraño mi casa cuando ya cumplí mis tareas en la calle.
No sé realmente si con los años viene un kit en el que llegan estas cosas, pero aunque sé que no es fácil todo el tiempo hablar conmigo, deseo con todo mi corazón tener alguien en mi vida a quien pueda decirle absolutamente todo y que no me corte, que no me vea triste y diga “bueno basta de cosas malas” por amor a Dios, quiero llorar de una puta vez ¿me dejas o que?, estoy contándoles esto porque aquí vine a desahogarme, gracias; ahora, volviendo al tema, a veces de verdad quiero, añoro de corazón una persona que me haga sentir ya libre que simplemente soltar mi coraza se sienta un alivio, no tengo afán de que llegue ya, pero son las 11:33 de la noche un viernes en el que salí de un velorio de todo el día, lo que conlleva a un sábado de misas y el protocolo que conocen y simplemente quise escribir, quise soltar mis nudos aquí, sentí la efervescente necesidad de expresar lo que siento porque al parecer a veces no soy tan buena con las personas como solía serlo.
Hoy temprano en la noche me dijeron que iba a quedarme sola si continuaba con mis actitudes y para ser directa, no sé si me sentía mal o si agradecer por eso, realmente no espero que todos lo entiendan, hay personas qué tal vez no saben ni cómo se siente un día para una persona cuya cabeza siempre gira cuál ruleta rusa con diez mil cosas encima, pero siento que puede haber una, una sola a la que pueda solo con mirar a sus ojos manifestarle como me siento, para que de esa forma, se haga bolita conmigo o tal vez solo me abrace y sienta que no sólo soy yo, sé que Dios va conmigo siempre y gracias a eso he llegado hasta aquí ahora, pero ya también hablé con él y le pedí una ayuda terrenal, él a veces me contesta como eps y uno acá se siente afanado ( espero entiendan ), el caso es que esta vez solo les escribo esto porque entiendo que aunque con el paso del tiempo vivimos y aprendemos cosas que nos permiten madurar y avanzar, también permitimos que de esas experiencias queden esquirlas en el corazón y este mensaje es para que hagamos la tarea juntos.
Aprendamos desde hoy que podemos pensar en un día a la vez sin dejar de planear a futuro, no es por afán que se llega, es por accionar cada día aún si no sabemos cuál será el resultado, la suma de actos pequeños convertidos en hábitos que luego hacen parte de tu vida, te generan resultados que tal vez nunca imaginaste, entonces la suma de una decisión diaria de ser más como de verdad sentimos en esencia y de apagar poco a poco el botón de la apariencia, traerá tal vez como resultado eso que tanto pides ( con mis ojitos cansados espero que en verdad así sea para todos).
Tú debes encargarte, también hablo para mi aquí, de tumbar las barreras que te construiste cosas que ya viviste, ya pasaron, aprendiste, ahora inicia en la hoja blanquita que te espera, limpia y llena de espacio para que le pongas tú color y tu amor, los corazones heridos HIEREN y hacer daño produce una bola de nieve en la que por no sanar desde el fondo todo lo que no hemos barrido del corazón y los recuerdos, termine infundiendo todo lo que envenena el alma, todo lo que carcome el farolito que cubre la luz de tu vida, así que piensa en quien quieres ser y en lo que quieres entregar, vinimos aquí a hacernos la vida liviana (ya lo he escrito otras ocasiones), es por eso que yo NOS recomiendo ver mas quienes somos y aprender de esos pedacitos que no queremos ser pero que adoptamos sin querer.
Con amor, Tania.
"Corazones heridos HIEREN" y por ende terminamos heridos igual que ellos y eso conlleva trabajar diariamente en sanar y apaciguar el corazón. Gracias por compartir con vosotros tu sapiencia!