Voy a ir al grano como prefieres, hago esta carta porque me resulta más sencillo escribir y me surgió la idea de dejar este mensajito para ti, siento que siempre he necesitado decirte muchas cosas y luego las paso por alto hasta que algo más hace que quiera decirte de nuevo todo lo que siento, lo que pienso, lo que pasa conmigo y tu no entiendes muchas veces porque no te lo digo.
Para ponerte en contexto, a veces cuando me enojo contigo y lloro no es por berrinche como sé que parece, lo que pasa es que contigo me siento tan susceptible que cuando algo en serio me afecta no puedo ocultar mis emociones, sé que no te gusta mucho, también sé lo incómodo que es manejar la situación con personas emocionales como yo, pero ahora quiero que entiendas por qué, cual es la razón por la que contigo me pasa y no con los demás, por que sé que notas que no soy así, pero es la imagen que te he dado de mí.
Hace muchos años, cuando tu y yo apenas y podíamos hablar, cuando compartía contigo pero aún así me sentía extraña, cuando discutíamos hasta por lo más mínimo y yo de cierta forma era una rebelde contigo, no lo hacía porque no te quisiera, al contrario, lo hacía porque me enojaba que no estuvieras, que estuvieras a medias, me enojaba no poder tener ese papá que tenían mis amigas que aunque no viviera con la mamá de su niña, veía por los ojos de ella; siempre recibí amor inmensamente, he sido muy amada, fui una niña muy privilegiada y llena de amor, mi vida siento que nunca ha sido fácil, pero sé que al menos he tenido mucho más de lo que muchas otras personas, sin embargo, tú no estabas, tu no llamabas, tu eras intermitente y por eso vivía enojada.
No te estoy culpando, te estoy describiendo lo que sentía, conozco los factores influyentes para que todo fuera como fue y está bien, incluso así, aprendí mucho de ti, aprendí a ser más independiente, aprendí a no esperar de las personas porque aunque de tu parte siempre he tenido apoyo, siempre he querido más, incluso pensaba "que lindo que mi papá apoyara mis ideas, que lindo que fuera más amoroso, que lindo que viniera a mis eventos importantes", pero también entendía que para que pudieras estar en mi vida como estás hoy, tuviste que sacrificar muchas cosas antes y aunque yo no lo veía, como buena consentida, caprichosa y ociosa como me dices, pues vivía en mi burbuja.
Hoy te escribo esto porque había querido que leyeras un poquito sobre mi y se me ocurrió la idea de dejarte esto por aquí, papi aunque a veces no lo ves, tú, mi familia y mi mami me hicieron una niña y una mujer servicial, amorosa, noble, de carácter fuerte, madura desde muy niña, aplicada, centrada, amable, disciplinada, respetuosa, trabajadora, independiente, responsable, alegre, emocional hasta los huesos y con el temple suficiente para enfrentar lo que se venga; tu haz vivido conmigo situaciones que han pasado en mi vida en las que ni yo sabía cómo controlarme porque a veces se me salían de las manos las cosas que pasaban, pero me levantabas con un tus consejos directos y llenos de sabiduría.
Tal vez no he llenado al cien tus expectativas conmigo como hija, a veces siento que puedo hacer más para que te sientas orgulloso o feliz, incluso hay ocasiones en las que siento que soy insuficiente para lo que esperas o quieres que yo sea, demás y estoy en lo correcto, o no, simplemente elegí vivir mi vida porque tú ya construiste la tuya y yo debo ser feliz en la mía, claro está, bajo los parámetros de respeto tanto a ti como a mi mamá, sin embargo no siempre haré lo que tu esperas o quieres, de pronto no por llevarte la contraria, sino porque supongo que debo vivir la experiencia para poder darte la razón o para decirte que en este caso si me funcionó o si pude, sé también que no me haz cortado jamás las alas, pero que por buscar ser perfecta para ti, me he perdido muchas veces en el proceso; no hay lío con eso, sé que sientes que puedo hacer mucho más y por eso siempre estás al pendiente de que de mi cien, gracias por eso, porque me hace sentir que crees en mi y significa mucho.
Si bien es cierto yo no vine al mundo a gradar a un hombre, yo vine aquí a gradar a Dios, pero también a darle felicidad a tu vida y a la de mamá, por eso decidí ser más honesta, más directa y más cercana, porque ha valido la pena cada año en el que hemos aprendido a querernos, aceptarnos, a llevar una relación basada en la comunicación aunque a veces nos falle, me ha hecho muy feliz compartir contigo como en estos años, Dios nos ha enseñado a los dos a través del otro, sé que no esperabas una sorpresa como la que te dimos con mi mamá, pero que igual hoy en día gracias a ti estoy a punto de ser una profesional, una abogada ¡que susto!, pero que emoción y que alegría poder compartir una meta más contigo, han sido años de universidad bastante intensos.
En fin papi, te agradezco por cada lección de vida que me enseñas todo el tiempo, porque desde mi primera regla me enseñaste a cuidarme y respetarme cual templo sagrado y aunque lo he aprendido y entendido con bastantes caídas, hoy en día tus palabras me han hecho amarme más, respetarme mucho más, valorar quien soy con más fuerza y más amor, gracias a ti porque sé el amor que merezco de las personas y no debe ser un amor simplemente empalagoso, debe ser un amor honesto, debe ser un amor maduro, leal, capaz de hablar con sinceridad sin temor a decir lo que piensa y con la ventaja de saber enmendar sus errores e incluso saber cuando disculparse.
Gracias papi porque por ti aprendí que si hice algo malo no debo excusarme, debo asumirlo y corregirlo, de intenciones y excusas está hecho el mundo y yo no soy una más, yo soy alguien que quiere alcanzar todos sus propósitos y metas, claro está, sin pasar por encima de los demás, pero sin permitir que nadie pase por encima de mi, gracias porque con una sola conversación de 30 min me sacaste de tal vez una crisis de ansiedad que yo veía interminable y tu la convertiste en una oportunidad para que pudiera entender que los momentos difíciles sólo son situaciones, sólo son momentos y luego viene lo bonito, gracias porque aunque a veces te pasas de directo, entendí que nadie que me quiera a medias merece que yo lo quiera; gracias también, porque no sé como hubiese sido de haber crecido contigo o de haber vivido de forma diferente, pero sí sé que si llegamos a esto hoy, es porque Dios nos tiene aún mucho por aprender, sólo espero siempre tener tu abrazo y tu número de teléfono en mi vida para todo.
Feliz día a ti, hombre resiliente, esforzado, un roble increíble, gruñon, cariñoso y dedicado, mi corazón te quiere con muchísima fuerza.
Con amor, Tania.
Comentários